El regreso de Porfirio Muñoz Ledo: de Concupiscencias y Esquizofrenias.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El regreso de Porfirio Muñoz Ledo: de Concupiscencias y Esquizofrenias.

Pedro Jaimes Villarreal


“¡Que dimita el presidente!”… El posicionamiento del Diputado Porfirio Muñoz Ledo representante de la bancada petista en San Lázaro tuvo eco en medios impresos y en casi ninguna televisora nacional. ¿La razón? Concupiscencias… de esas inmorales según la filosofía católica y cristiana. Así habló Porfirio Muñoz Ledo en la apertura de la LXI legislatura en la sesión inaugural y en el marco del tercer informe presidencial.

Porfirio regresó por la puerta grande con un pronunciamiento a favor de los desprotegidos y con una vena ardiente por reformar… Porfirio el gran reformador se debió llamar este artículo pero no. Por razones históricas debemos comprender un par de palabras de su discurso.

Las concupiscencias de las que hablo Muñoz Ledo se refieren a las de la más alta burocracia mexicana, la de los sueldos y los bonos desmedidos en un país con pobreza extrema. El cinismo de los círculos de poder adscritos al orden público que se quiere merecer sueldos del orden privado. En “Opiniones de un payaso” Heinrich Böll se peleaba contra las concupiscencias carnales de su esposa, el cinismo descarado de la moral religiosa en la Alemania de la posguerra. Una guerra sin cuartel contra los deseos que opacan las necesidades de los otros. Böll con su genial ironía hacía de su personaje un Don Quijote de las ansias personales por mantener el amor y la comprensión en casa, Hans no pudo contra la celestina de la religión de su esposa y terminó perdiendo. Porfirio habló como Hans Schnier (el personaje de la novela de Böll) en la casa del poder. La melancolía de ambos discursos es emblemático de una nación dolida y de ansias de justicia. Terminemos con las concupiscencias diputados mientras pasa la melancolía.

Porfirio pidió poner alto a la esquizofrenia política en donde el Estado carece de poder, el poder ejecutivo de liderazgo, el congreso de competencias y los ciudadanos de representación eficaz. Esa esquizofrenia combinada con paranoia en un diagnóstico por demás lúcido. La esquizofrenia política del sistema de gobierno mexicano donde las manos no coinciden con las intenciones del cuerpo. Te digo una cosa pero pasa otra. Difícil asertividad la del Estado, más aún frente a los retos de una nación que muere de hambre, carece de medios para salir adelante y naufraga en delirios de justicia social según el enfermo.
Muy difícil se ve que el Presidente de la República dimita. Tiene una estructura muy sólida de intereses alrededor de él que difícilmente pudiera cambiar el rumbo de la política interna. ¿Fue un llamado de atención? No lo creo, más bien fue un reclamo popular llevado a la más alta tribuna. Uno de esos pilares de poder que lo sostienen es la televisión concesionada y los grupos de radiodifusoras. Aunque Porfirio pidió también la creación de una instancia autónoma dentro de la cámara para la aprobación constitucional de las concesiones televisivas, eso parece estar muy lejos de aprobarse por una razón fundamental… Las televisoras ya tienen su representación en la cámara y si no mire usted querido lector, lectora, el debate por las diputadas que dimiten para dar su lugar a esos que vienen de Marte en franca oposición al espíritu de la equidad de género en la representación legislativa por partidos… ese cuarenta por ciento para las mujeres que se vaya al diablo ¿o no diputadas?

Ojalá no nos quedemos sentados en las orillas de las escaleras de la estación del tren de las esperanzas como el personaje de Böll, con la melancolía en la boca…

Bandeja de Salida:
El viernes 11 de septiembre habrán pasado 8 años del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, un ataque que desgraciadamente inauguro la historia grande del mundo en el tercer milenio. En el sitio de videos on-line Youtube son innumerables los videos que documentaron lo que la gente vivió ese día. Pero uno en especial me llama la atención, el homenaje a los heroicos 343 bomberos que fallecieron en el cumplimiento de su deber. Un video que dura 38 minutos y 53 segundos. Un minuto de silencio por todos ellos y por los civiles…
Enhorabuena Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=dHayXNAuD8A.

El piso a cuadros

sábado, 3 de octubre de 2009

EL PISO A CUADROS

Alvaro Castiello de la Hidalga



- “...quedan cerrados los trabajos” -

- ¿Se han ido? -
- Se han ido, podemos comenzar -

- ¡Yo soy el Rey! - dijo el negro, llamado Daniel
- ¡Os equivocaís! - dijo el blanco, llamado Peachy - ¡el Rey soy yo!

- No cederé a tus necedades de nuevo Peachey. Si hemos de luchar luchemos, pero a mí me han reconocido como rey. Rey Negro. La oscuridad, la ignorancia, soy su amo y señor Peachey -

- Debería sentirme orgulloso de ser un Rey Blanco Daniel. Gobierno la luz, la sabidu­ría, y sin embargo no presumo como tú. Se ha asociado al negro con tu reino, pero es algo mera­mente circunstancial. Si lo pensaís, el negro es el origen de todo. ¿Que había en el uni­verso antes de la explosión?. Oscuridad. Se necesita de ella para que la luz surja -

- Te concedo la razón querido Peachey, pero ¿habeís venido a hablar o a luchar?. ¡A mí mi ejército!. ¡Colocaos en Occidente! -

- Bravos luchadores blancos. Aprestad vuestras armas y mirad hacia Oriente. Mi reina a mi izquierda. A pesar de ser Rey Blanco me colocaré en cuadro negro -

- Yo pondré mi dama a mi derecha Peachey, pues tú y yo somos extremos de lo mis­mo. Co­menzaré esta batalla en cuadro blanco en tu honor y te cedo el toque de trompeta inicial -

Los soldados, caballeros y otros luchadores entraron al área de combate. Cada uno se posaba en un cuadro blanco o negro según lo deseara y tomaba el color, porque la elección es personal. No importa si nacemos blancos o negros, ni cuán difícil sea pasar al blanco o cuán fácil mantenerse en el negro. No son las habilidades las que muestran al hombre, sino sus decisiones.

Ambos deseaban ser reyes. Ambos lo eran.

- ¡Soldado!, ¡avanzad! - indicó Peachey a un miembro de infantería.

El soldado blanco avanzó y el negro hizo lo propio. La pelea. El negro triunfa. El blan­co muere.

- ¡Lo sabía! - dijo Daniel – el negro triunfará sobre el blanco - ¡Caballero, tomad ese cuadro! -

- Estaís tan obstinado que no ves que has obtenido una pequeña victoria Daniel. Así se comporta la oscuridad. Pequeños gustos que llevan a creer que el camino fácil es el dura­dero. Ballestero, atacad con la torre -

- ¡Mi dama!, ¡Mi dama!, la habeís colocado entre dos torres miserable. Ahora vereís todo el poder del lado negro. ¡Obispo!, ¡Al rey! -

- Tu dama había asesinado a uno de mis propios obispos y a un Caballero. Sin embar­go ha lo­grado escapar. Mejor estar entre columnas que entre torres ¿no es cierto?. Cierta­mente no hay que menospreciar el lado negro. Extremos de lo mismo y a pesar de ello se tocan como nosotros ahora mismo. ¡Caballero avanzad! -

- ¡Mirad!, ¡mirad a este Caballero derrotar al vuestro! -

- La coexistencia de estos cuadros negros y blancos nos ha limitado Daniel. Sólo que­reís ver el resultado inmediato de tus acciones. Mira como tú yo sólo podemos dar pasos cor­tos. Nuestras torres sólo se han de mover en línea recta. Limitada. Obstinada. Lo mismo le pasa a nuestros obispos, pero a ellos se les han torcido las piernas y sólo caminan en dia­gonal. Nuestros infantes tienen casi la misma movilidad de no­sotros que somos reyes. Ape­nas somos más que ellos. Nuestros caballeros pueden volar. La eterna lucha en­tre el blanco y el negro ha dado como resultado personas tullidas y cortas. Sólo las damas gozan de la li­bertad. Quizá porque ellas fueron trazadas con un compás y nosotros con una escuadra. Ob­serva los soldados que entran a esta arena cuando dormimos. ¿Te habeís fijado como ca­mi­nan torpemente?. Sin embargo su rostro denota que su torpe caminar es el comienzo de una nueva vida. Nuestros escaques que van del negro al blanco les enseña la Universalidad de la humanidad. ¡Obispo al Obispo! -

- Todo cuanto decís es un disparate Peachey. Negro y blanco no siempre están en pugna. Mira en los clavicordios como conviven para crear la música de nuestros bailes, de las ceremonias fúnebres, de los casamientos. No hay pelea. Sólo armonía. ¡Mi Obispo ha muerto!, ¡Soldado!, ¡avanzad! -

- Has hablado bien. En muchos países los hombres con esos colores de piel conviven sin señalarse entre ellos. ¡Dama mía!, ¡aprestad al soldado! -

- El negro prevalecerá Peachey. La pureza de la humanidad es negra. El primer hom­bre fue negro y de él surgen todos los demás colores. ¡Torre!, ¡Torre! -

- Si bien es cierto lo que decís, el hombre le teme al negro, a la oscuridad. Es algo propio de nuestra especie. Nuestros sesos requieren de luz para funcionar y en particular pa­ra la creación de una sustancia que nos mantiene alegres y joviales. Al viajar el sol hacia Oc­cidente y privarnos de su luz, naturalmente estamos propensos a la tristeza, y muchos re­pa­ran esa carencia con vino. Por eso los bretones son tan flemáticos, puesto que la mayoría del tiempo están privados del astro Rey. ¡Yo mismo avanzo! -

- ¡El Rey soy yo y nadie más! -
- ¡Yo soy Rey Daniel!, ¡Tú eres Rey!, ¡Cada hombre es Rey!, ¡Esta lucha es inútil!, ¡Sol­dado, tomad Oriente! -

- ¡Tu soldado ha llegado a Oriente!, ¡Sede de una de las tres luces!, ¡Su sabiduría y poder lo ha transformado en Caballero!, ¡Mi señora, atacad! -

- ¡Estaís perdido Daniel!, ¡Yo seré Rey!,¡me resguardaré junto a mi Torre!, ¡Obispo, tomad el cuadro! -

- Bien decís que nuestras fuerzas están casi equilibradas pero no me cogereís sin lucha. ¡Soldado, cubridme! -

¿Tan cobarde soís que os guardaís con un soldado?. ¡Noble luchador, os perdono la vida y os nombro Caballero en nuestro siguiente combate!, ¡Apartaos!, ¡Torre, colocaos en cuadro! -

- Todo a nuestro alrededor ha sido diezmado. Mis obispos, un Caballero y mi Dama han muerto. También el Ballestero de la Torre yace entre los cuerpos de mis soldados. Esta lucha sólo ha traído destrucción y dolor. Observad a nuestro alrededor como los cuadros ne­gros y blancos se han teñido de rojo. ¡Caballero, avanzad! -

- Ya vuelven. Apenas hemos concluido a tiempo. Jaque mate Daniel -

- “Sliencio hermanos, estamos en...”