“EL CUARTO PODER”
Fernando Ludeña Espinosa
La palabra del cuarto poder se le atribuye al escritor, orador y político anglo-irlandés Edmund Burke (1729-1797) Para la cual refería una frase, “El pueblo no renuncia nunca a sus libertades, sino bajo el engaño de una ilusión”.
Tomemos en cuenta que en aquellos tiempos no existía el radio, y menos la televisión, pero existían los comunicados, periódicos y correos, lo que ahora podríamos llamar medios de comunicación.
Un caso en especial llamó mucho mi atención en lo cual se refiere a los medios de comunicación y el manejo de los mismos, o como lo llamamos el cuarto poder.
En la guerra de Inglaterra contra Francia, el control del correo se encontraba en manos de la familia Thurn and Taxes, que al mismo tiempo tenían una alianza con la familia Rothschild, los cuales hicieron llegar una falsa información de que Wellington había perdido en contra de Napoleón en la famosa batalla de Waterloo, lo cual como sabemos era falso.
Eso equivalía a que el poder económico de Inglaterra pasaría a manos de Francia, por lo cual hubo una caída de la bolsa de valores de Londres así como la depreciación de las propiedades y todo lo que conlleva a un escándalo económico de esa magnitud, jugando con lo que ahora llamamos especulación.
Con esto ambas familias y algunas cuantas allegadas a estas, se beneficiaron comprando todo a un tercio o menos del valor real.
Esto nos demuestra que el que tiene el poder de comunicación lo tiene casi todo.
Hablando en estos tiempos y con los adelantos tecnológicos que nos ha tocado vivir, es aún mayor el control de este medio sobre la gente.
A las personas ya no nos gusta leer, educarnos un poco más, tratar de ir un poco más allá de lo que nos dicen o lo que nos informan, hemos optado por la comodidad que estos nos dan o hacia donde nos llevan; a la mayoría no nos gusta usar la razón del porque de las cosas o el trasfondo de las mismas.
Hitler tenia la razón en algo (pero aclaro, no soy admirador de él), en que decía: “Bendito el pueblo que está dormido o que no piensa, puesto que es más fácil de controlar o decirles que pensar”.
Creo que no es nada malo a veces detenernos a reflexionar un poco y cuestionarnos que tan libres somos, hasta donde hemos llegado con esa tan sonada libertad, si en realidad y como lo decimos somos hombres libres, si usamos en realidad el libre albedrio o creemos que estamos usando, así como la razón y el pensamiento.
Regresando al tema del cuarto poder, la mayoría de las veces nos encontramos con una prensa nada imparcial, si no tendenciosa y des informante, creando lo que quieren que pensemos, creamos o hagamos; por ejemplo, el caso de la tan temida influenza, que la verdad aun tengo mis dudas, porque hay cosas que no me quedaron muy en claro, es lo que se llama la desinformación.
¿Qué se logra con eso?
Por un lado temor en la gente, incertidumbre, no saber para donde ir, que hacer; nos subyugamos al dios informativo de la televisión, radio e internet, no cuestionar, obedecer ciegamente, tal es el control, que la gente se siente protegida, cobijada, por algo que no existe, ó si existe no tenemos la menor idea de lo que es.
Una vivencia personal, de lo que es la desinformación fue en el año 2005 en la ciudad de Oaxaca, viendo las noticias en televisión, estas decían que Oaxaca se encontraba inundado por las lluvias, pasando imágenes de colonias anegadas, gente moviéndose en lancha por las calles, arriba de las azoteas, recibí algunas llamadas de personas preocupadas, ahí fue donde empezó mi cuestionamiento, ¿en qué parte había sido?, todos sabemos que el Estado de Oaxaca es muy grande, pero el dato curioso es que se decía que era en la capital, lugar donde yo me encontraba, solo llovía normalmente. Di una vuelta por toda la ciudad tratando de encontrar el lugar de las imágenes que había visto, el cual nunca encontré, lo que si pude encontrar fue que las imágenes que había visto unas horas antes, eran de unos eventos que habían sucedido unos años antes. No existía nada de eso, pero eso sí, ya se estaban organizando por otros lados la ayuda para los damnificados.
Así como esto les podría platicar más historias, las cuales muchos conocemos y hemos sido participantes sin saberlo. No digo que todo sea mentira, pero ya no es tan fácil creer todo lo que oyes y menos en lo que ves.
Me gustaría cerrar con las siguientes frases:
-¿Quién en realidad educa a tus hijos y a la sociedad?
-¿Seguiremos viviendo en la teoría de la manada?
-No hay mas ciego que el que no quiere ver.
-Por último, Apaga la televisión y oye el silencio, porque te oirás a ti mismo.
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