MEXICO CONTEMPORANEO Y LA MASONERIA
Edgar López
Edgar López
Es indiscutible que la historia de México, como su futuro, están sumamente ligados al desarrollo de la masonería.
A cien años de la Revolución Mexicana y doscientos del inicio de la Independencia Nacional, los masones han representado un papel destacado en el diseño de país y en la defensa de los derechos y las libertades que hoy se traducen en instituciones, leyes y conquistas en beneficio de la población nacional.
La participación de los masones a lo largo de esta evolución histórica es semejante al contorno de un mapa cuyas rutas han trazado un perímetro cada vez más grande y complejo, que se va perfilando no por reacción, sino por la fuerza proactiva de los valores masónicos que perviven en la humanidad como una convicción de permanente búsqueda del bien y la perfección.
El camino no ha sido fácil y todavía no está concluido.
Las amenazas de ayer están presentes hoy en día. Los enemigos de la libertad y del progreso con justicia y equidad, están al acecho y avanzan sigilosamente bajo el amparo de organizaciones sectarias inspiradas por el rencor histórico.
De ahí que la masonería está llamada a desempeñar un papel de primerísima importancia para refrendar la defensa de la libertad, la igualdad y la fraternidad a la manera del filtro natural por el que se decanta la pureza.
Para nadie es desconocido que los Caballeros de Colón y sus herederos agrupados en el Yunque, representan hoy para nuestro país un avance insólito de la reacción en el poder, cuyas más evidentes acciones sólo han dejado entrever la avaricia, el egoísmo, la corrupción y la explotación del hombre por el hombre, haciendo a un lado la justicia, la equidad y la dignidad de las personas.
Los masones tenemos la obligación moral de empuñar las armas de la inteligencia y de la razón para defender las causas de la justicia.
El México de hoy abre innumerables oportunidades de reivindicación.
Por eso hoy que hablamos del México contemporáneo y la Masonería, no podemos negar que ante las contradicciones actuales del país, la masonería representa un resquicio de esperanza.
No podemos negar que tal vez perdimos algunos espacios y que en un análisis estricto, la masonería en general mantiene un bajo perfil en la disputa por el futuro.
¿Significa esto que los masones debemos convertirnos en un partido político para acceder al poder?
No, de ningún modo. Ya diversos hermanos con actividades políticas realizan sus funciones inspirados por la fuente del conocimiento masónico.
¿Significa que los masones debemos crear organizaciones para la defensa de nuestros intereses?
No, tampoco. Se trata de que lleguen a la Augusta Institución aquellos que sientan el llamado, la masonería nunca ha sido una organización de masas, ni lo será. Aunque es Universal, la masonería no se propone iniciar a las masas.
La masonería le apuesta a la calidad de sus miembros, para que inspirados por los valores universales, sean capaces de distinguir y actuar desde las más diversas trincheras, empezando por el más extraordinario de los espacios que significa el ser uno mismo, a la manera del faro señero bajo la tormenta.
La masonería ha sobrevivido históricamente en nuestro país con sus altibajos y espacios de discreción máxima.
Si cabe la autocrítica debemos reconocer que así como han existido generaciones con liderazgos sumamente exitosos que han enfrentado sus desafíos con unidad, también los ha habido con un bajo perfil y que hasta han registrado confrontaciones.
La organización masónica, como organización de hombres, no está exenta de las contradicciones humanas, pero a diferencia de los impulsos irracionales, al final prevalece la mesura y la convicción determinante del perfeccionamiento constante.
Sí podemos tener diferencias, pero en lo fundamental siempre estaremos de acuerdo. Las columnas del pensamiento masónico se yerguen victoriosas sobre el tiempo y el espacio.
Por eso hoy, que analizamos el escenario del México contemporáneo y la Masonería, es necesario llamar la atención sobre algunas tareas que debemos resolver con unidad de sentido:
1. Defender el Estado Laico como una convicción histórica y de futuro.
2. Defender la educación laica, científica y humanista.
3. Defender la Libertad Religiosa, como manifestación del pluralismo de nuestro tiempo.
4. Defender las garantías individuales y las conquistas históricas de los mexicanos.
5. Defender el Estado de Derecho.
6. Defender la tradición de la autonomía de las naciones.
7. Defender la riqueza nacional y su distribución equitativa entre los mexicanos.
El México contemporáneo demanda de una mayor intervención de la masonería en los diversos ámbitos de la vida nacional.
En nuestra conciencia masónica está la luz, en nuestras manos el futuro.
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